[Este post fue escrito en colaboración con el Ing. Felipe Nicolás Noemi Marín de Chile]
#1 Refuerza tu intelecto
Primeramente, debes sentirte seguro con los conocimientos adquiridos en el aula. Ya que esto reforzará las diferentes acciones y decisiones que tomarás en el ejercicio de tu profesión (sea cual sea).
Para conseguir una base sólida de conocimiento teórico y práctico, recomiendo regularizarte y tomar cursos extracurriculares para fortalecer el aprendizaje universitario y no dejar cabos sueltos (ya hay empresas que te ayudan con eso de forma profesional y son 100% efectivas).
#2 La filosofía del estudiante eterno
La segunda cosa que es necesario que incrementes, es la seguridad en ti mismo. Y para hacerlo, no hay mejor manera que abrazar el hecho de que no tienes experiencia; las empresas buscan personas en quién confiar, no charlatanes.
«No finjas saberlo todo, no presumas lo que no tienes.»
En estos tiempos, es más confiable una persona con la actitud del estudiante eterno (con interés de aprendizaje continuo y sin distinción), que alguien arrogante y cerrado a la posibilidad de aplicar métodos novedosos y desarrollar nuevas habilidades en su profesión.
«Explora nuevas áreas del conocimiento aunque no vayan acorde a tu perfil profesional. Lee sobre arte, ciencias, mercadotecnia, negocios e historia por igual.»
Ok, sí. Lee mucho pero también aplica ese conocimiento. La sociedad de hoy pide a gritos profesionistas interdiciplinarios y versátiles:
- Ingenieros sin problemas de redacción y/o ortografía.
- Arquitectos que sepan sobre diseño estructural.
La experiencia es experiencia, sin importar el área de conocimiento que quieras añadir a tu compendio de habilidades.
«La experiencia no discrimina.»
Si decides practicar esta filosofía, te prometo que te expondrás a nuevas oportunidades de crecimiento y, como mínimo, serás valorado en este mundo laboral tan cambiante.
#3 La verdadera proactividad
Por último, quiero tocar el tema de la proactividad. Pero no desde la perspectiva transgiversada tanto por reclutadores sin tacto como por todos los que hemos buscado empleo alguna vez en nuestra vida.
«La esencia de la proactividad se encuentra en hacer que las cosas sucedan, no en la cantidad de trabajo realizado.»
Hoy en día, esta cualidad propia de las Personas de Alto Desempeño ha sido taladrada en nuestra psique colectiva hasta el cansancio; transformándola y asociándola siempre como algo negativo.
«La proactividad se ha convertido en sinónimo de esfuerzo mal pagado.»
Aceptémoslo, cuántas personas no nos hemos identificado con esta imagen:

Es verdad que al contratarte se espera que seas proactivo, mas no significa que tu trabajo deba perder valor por ello; la idea de una persona proactiva es más profunda de lo que uno piensa.
«La proactividad no se trata de producir volumen, sino de prestar atención a los detalles y tomar acciones anticipadas ante lo que pueda suceder.»
Pero tampoco se trata de vivir en mood proactivo todo el tiempo, ¿sabes? No hace falta desvivirte por buscar mejoras constantes en tu trabajo; existe la sutileza y la efectividad.
Pero de ese tema hablaremos más adelante, en otro post.
Mensajes finales:
Querido lector: Si te consideras una persona proactiva, véndete como tal y desmuéstralo; recomiendo leer: Ley de la reciprocidad.
Empresa: Si tienes personas proactivas en tu equipo, demuestra que las valoras (muchas veces no se trata de dinero).