
LA BELLEZA DEL PROCESO
Nos vamos a detener para reflexionar un poco en la belleza de lo rutinario. En el sudor, el estrés, los días largos en la oficina, las iteraciones casi infinitas, el día a día, las actas de obra, el ingreso de personal, las reuniones de comité, el ruido del bulldozer y la retroexcavadora; ahí donde todo empieza, donde todo es gris, pantanoso y sin forma.